5 sets y más de tres horas en cancha, representó para Pablo Cuevas su primera presentación en Wimbledon 2019. Fue un durísimo encuentro ante el bosnio Damir Dzumhur (Nº 63), donde el uruguayo demostró tener mejor resto para encarar el tramo final. Su próximo rival será el checo Jiri Vesely (Nº 124), que dio una de las sorpresas de la jornada al eliminar al alemán Alexander Zverev (Nº 5), sexto cabeza de serie, en cuatro sets.
LA IMPORTANCIA DE MANTENERSE ENFOCADO:
Seguramente hace algunos años atrás, Pablo no hubiese podido dar vuelta un duelo con las características que tuvo el de este lunes ante Dzumhur. El primer set se le escapó tras ceder una vez su servicio, fue en el séptimo game. En el segundo parcial, el bosnio quebró en dos ocasiones (games 3 y 7), llegando a estar 5-2 y con el servicio. Pero Cuevas, no solo logró igualar el marcador y forzar un tiebreak, también se quedó con ese tramo, poniéndose 1-1 en sets.
Un momento de desconexión del uruguayo cuando promediaba el tercer set, permitió que el bosnio hilvanara cuatro games consecutivos (desde el quinto al octavo), cerrando rápidamente esa manga a su favor y trasladando otra vez la presión al tenista celeste. Cuevas arrancó de gran manera el cuarto tramo, sosteniendo su servicio y quebrando dos veces, hasta quedar 4-0 y más tarde se puso 5-1. Aunque Dzumhur recuperó uno de los quiebres, no pudo evitar que la definición se estirara hasta el quinto set.
El último parcial tuvo un inicio similar, con Pablo efectivizando dos quiebres, con los que llegó a estar nuevamente 5-1. Esa diferencia terminó por sentenciar el encuentro, cuyo marcador se cerró en 4-6, 7-6(8) 2-6, 6-4 y 6-2, luego de tres horas y 6 minutos.
VESELY SORPRENDIÓ Y VA POR MÁS:
En las previsiones pocos hubiesen apostado por el triunfo del checo en primera ronda, teniendo en cuenta que debía enfrentarse con Alexander Zverev; más aún cuando el alemán arrancó en ventaja quedándose con el primer set. Pero luego Vesely ganó las tres mangas siguientes, venciendo a su rival por 4-6, 6-3, 6-2 y 7-5, en dos horas y 31 minutos.
Los registros de la ATP mencionan tan solo un cruce entre Cuevas y Vesely, pero ocurrió hace más de cuatro años, fue en el Brasil Open 2015, con triunfo del uruguayo.
LA IMPORTANCIA DE MANTENERSE ENFOCADO:
Seguramente hace algunos años atrás, Pablo no hubiese podido dar vuelta un duelo con las características que tuvo el de este lunes ante Dzumhur. El primer set se le escapó tras ceder una vez su servicio, fue en el séptimo game. En el segundo parcial, el bosnio quebró en dos ocasiones (games 3 y 7), llegando a estar 5-2 y con el servicio. Pero Cuevas, no solo logró igualar el marcador y forzar un tiebreak, también se quedó con ese tramo, poniéndose 1-1 en sets.
Un momento de desconexión del uruguayo cuando promediaba el tercer set, permitió que el bosnio hilvanara cuatro games consecutivos (desde el quinto al octavo), cerrando rápidamente esa manga a su favor y trasladando otra vez la presión al tenista celeste. Cuevas arrancó de gran manera el cuarto tramo, sosteniendo su servicio y quebrando dos veces, hasta quedar 4-0 y más tarde se puso 5-1. Aunque Dzumhur recuperó uno de los quiebres, no pudo evitar que la definición se estirara hasta el quinto set.
El último parcial tuvo un inicio similar, con Pablo efectivizando dos quiebres, con los que llegó a estar nuevamente 5-1. Esa diferencia terminó por sentenciar el encuentro, cuyo marcador se cerró en 4-6, 7-6(8) 2-6, 6-4 y 6-2, luego de tres horas y 6 minutos.
VESELY SORPRENDIÓ Y VA POR MÁS:
En las previsiones pocos hubiesen apostado por el triunfo del checo en primera ronda, teniendo en cuenta que debía enfrentarse con Alexander Zverev; más aún cuando el alemán arrancó en ventaja quedándose con el primer set. Pero luego Vesely ganó las tres mangas siguientes, venciendo a su rival por 4-6, 6-3, 6-2 y 7-5, en dos horas y 31 minutos.
Los registros de la ATP mencionan tan solo un cruce entre Cuevas y Vesely, pero ocurrió hace más de cuatro años, fue en el Brasil Open 2015, con triunfo del uruguayo.
Imagen: captura de TV. Pablo Cuevas y un momento de magia en la primera ronda de Wimbledon 2019.
